José Clemente Rueda Abad
Desde hace varios meses el Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, se ha dado a la tarea de darle un puntual seguimiento al proceso de negociaciones del Plan de Acción de Bali, que inicio hace ya 3 Conferencias de las Partes (COP) en la capital de Indonesia, y cuyo objetivo central es gestar un segundo periodo de aplicación del Protocolo de Kyoto.
En ese contexto, 15 días antes de la celebración de la COP15, realizada el año pasado en Copenhague, un grupo de científicos de la UNAM, encabezados por el Dr. Carlos Gay García, realizaron, en el Auditorio Nabor Carrillo de la Coordinación de la Investigación Científica, un taller donde se analizaron los probables resultados de la mencionada COP.
Las conclusiones de ese taller fueron que: dado como llegaba el proceso de negociaciones no se obtendría ningún resultado en los temas de negociación del Grupo de Trabajo Especial del Protocolo de Kyoto (GTEPK).
Los resultados del taller realizado en el campus de Ciudad Universitaria fueron validados por la forma en que concluyó el proceso de negociaciones en Copenhague: ningún punto de acuerdo fue alcanzado por los grupos de trabajos reunidos en la capital de Dinamarca, pero fundamentalmente lo que resulto con mayor daño fue la confianza entre los negociadores porque de último minuto se dio a conocer el denominado Acuerdo de Copenhague.
El centro del Acuerdo de Copenhague es que éste busca que los países en desarrollo implementen acciones de mitigación (ya sea en compromisos establecidos en término de porcentaje de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) o en la instrumentación de acciones específicas y a través de las cuales resulte una reducción en las emisiones de GEI) los países desarrollados a su vez, tendrían la libertad de establecer de manera voluntaria sus objetivos de reducción de emisiones. A su vez se escribe el compromiso de los países industrializados a crear un fondo financiero para transferir dinero a los países menos desarrollados, así como a crear mecanismos de carácter inmediato de liberación de éstos recursos (fast track).
Es necesario precisar que el Acuerdo de Copenhague, solo recibió del pleno de la Conferencia de las Partes, el conocimiento de su existencia y, lo más importante, extendió el mandato de las negociaciones de los grupos de los grupos de trabajo del Plan de Acción de Bali.
Durante este año, dándole continuidad al seguimiento de las negociaciones internacionales sobre cambio climático, el Dr. Carlos Gay y quien escribe, han llegado a la conclusión de que en la COP16 lo que podría resultar de las negociaciones es un hibrido que busque fusionar algunas de las partes que forman el Acuerdo de Copenhague con algunos de los mecanismos reconocidos en el Protocolo de Kyoto.
En las ciencias sociales, la mayoría de los científicos se oponen a realizar prognosis sobre lo que puede suceder con los acontecimientos que forman parte de un proceso social en construcción (como es el caso) dado que es más fácil equivocarse, que acertar. Esta negativa a aventurar resultados se centra en un hecho: la condición humana es cambiante y en consecuencia lo que desde la investigación de gabinete se ve muy claro, en la realidad las relaciones contextuales pueden modificar por completo la toma de decisiones.
Hemos de decir, que la conclusión que hemos escrito sobre el probable de la COP16, que en este momento se celebra en Cancún, Quintana Roo, fue escrita hace ya varios meses, incluso antes de la última reunión previa a la COP y que se celebró en Tianjin, China, en el mes de noviembre pasado. Además de ello, ha sido publicado en un artículo breve que se llama “Diplomacia Climática, ¿Qué esperamos de la COP16 en Cancún?” y que forma parte del libro: México frente al cambio climático. Retos y oportunidades.
Todo lo previo viene a colocación porque en las ciencias sociales, contrario a las ciencias naturales o las ciencias exactas, las hipótesis difícilmente se comprueban, lo que sucede generalmente es que se corroboran las metodologías y las técnicas de implementación utilizadas, para, finalmente, corroborar que toda la argumentación tenga coherencia y en ese momento la hipótesis de trabajo se valide como poseedora de criterios de verdad.
En este caso, la idea y la línea argumental del Dr. Carlos Gay y de quien escribe, y que como se ha dicho previamente, fue redactada hace ya varias semanas y ha sido publicada, por lo que puede ser debidamente consultada, debatida e incluso, porqué no, criticada; ya ha sido corroborada de manera empírica en la realidad.
En conferencia de prensa celebrada el pasado jueves 2 de diciembre , al término de una de las sesiones de trabajo de la COP16, el Embajador Luis Alfonso de Alba, negociador mexicano ante la Convención, señalo que los resultados esperados de la COP es:
Salir de aquí con un paquete de reducción de emisiones de 19 por ciento global. Se trata del Acuerdo de Copenhague más el Protocolo de Kyoto, es decir, países como China, Brasil, India, Sudáfrica y México, que no están en el anexo 1 –el cual incluye a los desarrollados–, más Estados Unidos, que no lo ratificó.
Eso ratifica que el artículo publicado en el libro “México ante el cambio climático. Retos y oportunidades”, no sólo es altamente actual, sino que al corroborar su planteamiento central sugiere que los grupos académicos que colaboran para el Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM van por el camino correcto en su análisis de la diplomacia climática.
Ahora, el reto para los negociadores, fuera del ámbito del análisis académico, es ver si los dichos del Embajador de Alba Góngora pueden cumplirse y cómo es que éstos habrán de realizarse. Hay 194 países que forman parte del proceso de negociación y cada uno tiene el legítimo derecho para manifestar sus ideas y posicionamientos respecto a las maneras en que se debe atacar el problema del cambio climático global y cómo y cuanto se reducen las emisiones.
Parafraseando a Ernst Bloch, la esperanza de que algo suceda en todo tiempo y momento, y actualmente en Cancún no debe morir hasta que la COP16 cierre el viernes 10 de diciembre por la tarde. Mientras la COP no concluya, literalmente, cualquier cosa puede pasar. Por el bien, del mundo y de la Humanidad, será mucho mejor y es preferible que se logren, aunque sea, acuerdos temáticos sobre asuntos específicos a que el resultado sea similar a lo que sucedió en Copenhague.
04 de diciembre de 2010,
México, Cancún, Quintana Roo.
Fuentes documentales
GAY y RUEDA (2010) “Diplomacia Climática, ¿Qué esperamos de la COP16 en Cancún?” en DELGADO et al (Coord) México frente al cambio climático. Retos y oportunidades, Colección: El mundo actual: Situación y Alternativas, UNAM-CCA/CEIICH/PINCC/PUMA, 240p., pp.195-210
“Confía la ONU en alcanzar acuerdos sobre cambio climático”, Agencias, 02 de diciembre de 2010, disponible en http://www.codigosguanajuato.com/data2/index.php?option=com_content&view=article&id=2191:confia-la-onu-es-obtener-acuerdos-sobre-cambio-climatico&catid=38:mexico&Itemid=60 consultado el 04 de diciembre de 2010, 22:34 horas.
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