martes, 7 de diciembre de 2010

El principio del final: leer entre líneas

José Clemente Rueda Abad

Hoy inicia la sesión de alto perfil en el COP16 que se celebra en Cancún. Hasta donde se alcanza a percibir la realización de los grandes acuerdos anunciados la semana pasada por el Presidente Felipe Calderón se está complicando.

Ayer por la tarde platique brevemente con Adrián Fernández Bremauntz, el Presidente del Instituto Nacional de Ecología quien señalo que el proceso de negociaciones “aun no entra en fase de crisis” y que al momento aun hay esperanza de que algo pase. Poco después de ese encuentro salude al Embajador Luis Alfonso de Alba, quien escuetamente solo comento que “todo va bien”.

El mensaje de ambos funcionarios (el llamado a la calma) sin embargo debe ser tomado con mesura. Del domingo al día de hoy, he escuchado al Presidente de la República en por lo menos 5 veces hacer llamados a los negociadores para que se llegue acuerdos el viernes por la tarde o antes. También el día de ayer escuche a Rafael Elvira, titular de la SEMARNAT, insistir en que es necesario llegar a acuerdos.

Dice un viejo refrán mexicano: piensa mal y acertaras. En este caso, el mal pensamiento se debe formular en forma de interrogación ¿Por qué tanto llamado a crear acuerdos? ¿Por qué se llama a ratificar lo que previamente se ha comprometido en foros que no son los de la Conferencia de las Partes?

La respuesta es más simple de lo que parece: no todo está saliendo bien en el proceso de negociación. De hecho el tema donde de nueva cuenta se están atorando las negociaciones (como ha sucedido en toda el Plan de Acción de Bali) es en el cómo y en el cuánto de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, el factor político en esta Conferencia ha sido colocado por dos elementos: uno en Latinoamérica donde el Presidente Lula ha vaticinado el resultado de la COP16. Y por otro, el efecto social y mediático de las revelaciones de wikileaks, que puso en el espacio público la estrategia de control de la diplomacia estadounidense sobre el Acuerdo de Copenhague. No metemos el factor de carácter diplomático, porque los cuerpos diplomáticos están acostumbrados a tener que negociar siendo “escuchados” por todos y allí, lo que opera es la confianza entre los grupos diplomáticos.

Ambos elementos han hecho que el presidente Calderón haya tenido que tener una sobre exposición en los medios de comunicación y en cuanto evento paralelo organizan en el marco de la COP16 lo utiliza para mandar no sólo el mensaje de tranquilidad, que tanto él como otros miembros de su gabinete han estado mandando, sino para mandar el mensaje de autonomía en la situación.

El gobierno mexicano con su estrategia de medios está buscando construirle al Jefe del Estado Mexicano, de último minuto, la imagen de un Presidente independiente y con la capacidad personal e institucional para hacer que el mundo le escuche.

En este momento, es cuando inicia la fase de cierre de la COP16, y no hay señales que indiquen que las cosas saldrán como el gobierno mexicano busca hacerlo (acuerdos híbridos de carácter financiero) porque de hecho ese ni siquiera es el centro de la negociación.

El centro de la negociación es el segundo periodo de aplicación del Protocolo de Kyoto (PK), o bien mecanismos de reducción voluntaria de emisiones de gases de efecto invernadero (que es parte del Acuerdo de Copenhague) y una tercera opción es que se creen instrumentos novedosos de carácter vinculante a la CMNUCC (hibrido entre el PK y el Acuerdo de Copenhague).

Si los acuerdos que se alcancen no forman parte del Plan de Acción de Bali, sencillamente el mundo habrá dejado pasar esta oportunidad para ponerse de acuerdo en la forma en que se podrá cumplir con el Artículo 2 de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático.

Ahora bien, el mundo está a la espera de que se gesten los grandes resultados, sin embargo, y esto es sólo para la reflexión: ¿no sería un avance de la diplomacia internacional si en Cancún se logra reactivar la confianza entre los países sobre todo si se pondera la forma en que concluyó Copenhague, sin importar que no se firme ningún acuerdo?


México, Cancún, Quintana Roo.
07 de diciembre de 2010

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